Como un Niño

Me encuentro terminando el día de trabajo así que si de repente me lees un poco alterado o revuelto ya sabrás porque es…Si tú me conoces sabes muy bien que no soy una persona de mucho verbo y mucho menos que tenga un don especial para escribir pero créeme que hago un esfuerzo con ferviente amor para compartirte de lo que le ha dado sentido a mi vida y a muchas personas que he conocido a lo largo de estos últimos tres años.
Te confieso que mi día laboral fue agotador hasta al punto de que me puse a meditar en que cada día doy todo de mi fuerza para lograr todas las cosas que el negocio y los clientes requieren, pero ¿será esto lo que merece toda mi atención? o ¿solamente me estoy dejando llevar por la corriente del trabajo de esta ciudad alterada? Realmente si lo sé, pero a pesar de todo el esfuerzo, me gusta mi trabajo y los frutos que rinde son buenos, yo sé que hay quienes darían lo que fuera para poder hacer el trabajo que tanto les gusta y tal vez ahora no están en la posibilidad para hacerlo, y créeme que es muy bueno ser diligente en el trabajo y aprovechar de los dones que Dios ha depositado en ti, eso ni lo dudes; Pero por otra parte, lo que hoy quiero puntualizar es que este afán del trabajo junto muchos otros que no tienen nada que ver con el trabajo a veces logran opacar lo que para mí ha llegado a ser la pasión de mi vida… servir a Dios.
Muy probablemente en este momento estas susurrando un - a caray- ó preguntándote ¿pasión?, ¿servir?, ¿a Dios? y sí, así tal como lo lees, desde que vino Aquel que me halló cuando yo ni siquiera le estaba buscando y trajo propósito a cada uno de los latidos de mi corazón, desde ese entonces no puedo dejar de hablar de Él y de lo que tiene planeado hoy para ti, y es por eso que hoy después de un día de ardua, tediosa y quizás a veces frustrante labor, entrego este tiempo para platicarte un poco de esto sin esperar nada a cambio ya que confió en lo que dice la Biblia de que la palabra de Dios no regresará vacía sino que hará lo que tiene como propósito.

“Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.”

Isaías 55:10-12

Esta semana descubrí algo a través de la infinita sabiduría del Espíritu Santo y de la palabra de Dios que anteriormente no había tenido la oportunidad de ver en las escrituras; Como escuché de un comentarista de la Palabra de Dios, una de las fotografías más conocidas entre la gente es esa de cuando presentaban niños delante de Jesucristo y los apóstoles los regañaban y casi creo que se los quitaban de encima y luego Jesús les decía que los dejaran acercarse a Él. Pero bueno mejor pego el pasaje aquí para que lo leas.

“Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía”. Marcos 10:14-16

Recuerdo que de chico me explicaban que los niños éramos inocentes y que de esa manera debíamos de ser para poder entrar al reino de los cielos y toda esta fotografía imaginaria de alegría y bondad; sé que todo esto de la inocencia es bueno pero ¿Qué hay de los que ya no somos inocentes como niños? Y ¿Qué hay de los que ni siquiera tuvieron la oportunidad de vivir una inocencia? Porque yo se que tu y yo no somos unos inocentes y también sé que las calamidades de este mundo roban la inocencia de un niño a la primer oportunidad presentada, y así es como este verso comienza a hablar por sí solo; dijo Jesús: - Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis- Porque hay quienes por ignorancia a veces impedimos que alguien se acerque a Dios simplemente porque creemos que es un caso perdido o porque ha hecho demasiadas cosas mal ¿Qué cómo les hemos impedido que se acerquen?, pues con legalismos religiosos quizás, juicios, murmuraciones, desaprobándoles delante de la gente, y en muchas otras incontables maneras. Déjame explicarte un poco más para que todo esto quede clarísimamente claro; Dijo Jesus también en esa ocasión: - porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.- Ahora bien, Los niños como característica principal antes que la inocencia, es que tienen una dependencia total de sus padres o de los que fungen como tales, no pueden sobrevivir sin el apoyo de estos y así es como Jesús te quiere decir hoy que: no importa lo que hayas vivido antes, ni tampoco si eres un gran pecador (porque todos lo somos), o si no eres inocente como un niño, nada de eso importa siempre y cuando tu llegues a Él con una dependencia total, no queriendo comprar una salvación con tu santidad ni ganarte el amor de Dios con tus credenciales de “no pecador”, porque te tengo una noticia hoy, la salvación no se compra mi hermano, la salvación se recibe como un niño en total dependencia de tu Padre Dios, tal como lo dijo Jesús: - De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él – ¿Puedes verlo? Porque no hay cosa alguna que tú puedas hacer para comprar tu entrada en el Reino de Dios, solo recíbelo como un niño, en total dependencia de tu Papá Dios.
Por eso es que muchas veces somos asemejados en la palabra de Dios con las ovejas, estas no tienen la capacidad de cuidarse a sí mismas, son presa fácil de los depredadores, no saben buscar alimento, se pierden fácilmente y dependen totalmente de su Pastor. Tal vez tú no has estado buscando a Dios o tal vez sí pero seguro estoy que alguien que te ama ha levantado una oración por ti o quizás tu mismo lo hiciste en algún punto de tu vida y le pediste a Dios que estuviera contigo y que te guardara de la maldad. Te quiero decir hoy que Dios ha inclinado su oído y escucho esa petición y quizás hoy no te encuentres en la mejor de las situaciones pero puedes estar seguro que así como el buen pastor deja todo el rebaño para ir busca de la oveja perdida y cuando esta es rebelde conduciéndose siempre a lugares de peligro y muerte, el pastor quiebra sus patas para cargarla sobre sus hombros y salvarla de sí misma, en fin cosas que el Señor hace y que de principio no entendemos, pero si podemos confiar en que el sabe lo que es mejor para nosotros . Hoy por algún motivo u otro tú estás leyendo estas palabras y confió en que lo estas entendiendo, ahora quiero invitarte a que te entregues totalmente a Cristo y dejes fuera toda tradición bizarra o legalismo extremo que te esté impidiendo que Cristo te Bendiga en esta vida como el niño que eres.
Dios tiene mucho para ti, y tú eres su único motivo así que no tienes nada que perder.
Que Dios te Colme de Bendiciones y te muestre la nueva vida que tiene para ti.

“Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.” Juan 10:7-16